La próxima semana, el presidente de la recuperación acudirá a la Casa Blanca. Un momento inmejorable para aleccionar a Obama sobre cómo se levanta un país en dos años. Es fácil que le lleve encuadernados los datos de la reducción del paro en diciembre, aunque por no ser prolijo ni abrumarle con detalles obviará informarle de que de los 113.000 desempleados existentes en un territorio llamado Aragón, 45.000 sobreviven sin ningún tipo de subsidio público. Mientras recorren el ala este podría recrearse exponiéndole cómo se puede ver la luz al final del túnel sin inversión pública, solo con recortes en unos servicios que debían ser intocables. Y no sería de extrañar que le amoneste por poner en marcha la sanidad para todos de la que no gozaban los estadounidenses, ahora precisamente, cuando aquí las privatizaciones y los ajustes piensan en números en vez de en salud. Tantos años en Génova poniendo a EEUU como ejemplo de liberalismo y la cita se va a producir cuando desde allí copian a la antigua Europa, extendiendo el estado del bienestar. Incluso en su acepción hipi, liberalizando la venta de marihuana en Colorado. Mas vale que se echen unas risas sobre el tema, porque si se ponen serios y hablan de estados saldrá Cataluña y a alguien le dará un mal. Y del Canal de Panamá, ni mú, que la Bechtel International Incorporation se quedó sin pastel por culpa de la Marca España y su barato, barato. Aunque quedar el 13 de enero, con el mundo pendiente del Balón de Oro, no se si da para más. Periodista