Sometidos como estamos al gobierno de los jueces, cabe suponer que las gentes de orden (y similares) habrán recibido la sentencia que anula la recalificación de los suelos del outlet de Pikolín (Torre Village) con el mayor de los entusiasmos. Aunque, claro, les habrá resultado un poco raro que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón haya respaldado el criterio de Zaragoza en Común y CHA, que advirtieron de que se estaba cometiendo una ilegalidad (¡todo por la pasta!), frente a PP, PSOE y Ciudadanos, que aprobaron el proyecto en cuestión utilizando el mismo truco de siempre, el que ya fue declarado ilegal en el caso de la antigua estación de Utrillas, en Miguel Servet, el que en tantas ocasiones ha permitido darle la vuelta al Plan General de Ordenación Urbana mediante tramposas modificaciones parciales.

ZeC llega a las próximas elecciones locales descompuesta, medio rota y sometida al escarnio y la crítica destructiva. Pero se puede permitir el lujo de ver cómo los mismísimos tribunales le dan la razón en un asunto capital. De rebote queda claro para cualquier vecino bien informado (que por desgracia son pocos) que en la capital aragonesa la tradición municipal «como Dios manda» está repleta de actos ilegales, alegales o sospechosos en cualquier caso. Y si hablamos de urbanismo...

Torre Village responde a la promesa que le hicieron al dueño de Pikolín cuando se fue a PlaZa, en el bien entendido de que luego le facilitarían el pelotazo en su antigua factoría. Lo de la estación de Utrillas se hizo como se hizo para tapar una operación urbanística de alto nivel que salió rana. Lo normal durante décadas en nuestra bendida Casa Consistorial. De ahí tantos juicios perdidos, tantos millones (de todos) tirados por la borda y tantas cosas raras que sin embargo nos fueron vendidas como acciones positivas para la ciudad. Por eso, cuando se nos dice que los infelices de ZeC han sido un desastre, mejor si nos lo tomamos con muchas reservas. Santisteve y los suyos apenas han causado daños. Volvamos a las andadas y veremos, otra vez, lo que es bueno.