Enrique S. Romá

Madrid

ELECCIONES GALLEGAS

Nada más conocerse el rotundo triunfo, por cuarta vez consecutiva, de Núñez Feijóo en las elecciones gallegas, el PP nacional se ha subido al carro de su éxito anunciando a bombo y platillo la política de moderación y de centralidad con la que pretenden llegar a la Moncloa.

El líder popular, que ha seguido de cerca la campaña positiva y con buen talante de su partido en Galicia, quiere hacer suya la victoria invirtiendo el modelo Feijóo en modelo Casado, por lo que parece dispuesto a rebajar su nivel de crispación permanente y de beligerante oposición con lo que ha obtenido pésimos resultados.

A pesar de que el líder del PP ha seguido al pie de letra la estrategia de moderación de Feijóo en su campaña gallega, la simbiosis de ambos líderes que en el partido quieren impulsar para llegar al poder con un mensaje conciliador, no se corresponde con el talante que ha mostrado Casado durante la presente legislatura. Habrá que esperar para ver las actitudes de cada uno y conocer sus verdaderas intenciones políticas, pero lo que sí parece claro es que Feijóo no es Casado, por mucho que se empeñe el segundo en demostrar lo contrario, y si el primero decide dar un paso al frente mirando a la Moncloa, no se lo va a poner nada fácil.