La teóricamente finalizada guerra de Irak continúa ofreciendo patéticas batallas. Tras la victoria de Bush no sólo se confirma su anunciado mas de los mismo , sino que también se espera el incremento de tropas norteamericanas adelantado hace unos días.

El asalto contra Faluya es emblemático respecto al curso de la guerra. La ciudad empezó a ser asediada hace diez días. Ahí los rebeldes están mezclados con mas de cien mil personas que, sin agua, electricidad ni teléfono, han sufrido primero importantes bombardeos y, ahora, un asalto barrio a barrio. El sello definitorio de la situación sigue: las únicas bajas que habían trascendido a media tarde de ayer eran dos soldados norteamericanos muertos y varios heridos. Incógnita total sobre el otro lado y, sobre todo, acerca de las bajas en la población civil.

El ministro de Exteriores del gobierno irakí que respaldan los norteamericanos declaró ayer que esta ofensiva militar tendrá un efecto positivo para todo el país. Desde la ONU Kofi Anan avisó ayer de todo lo contrario. En otros puntos de Irak los choques y atentados del día provocaron ayer decenas de muertos, en una espiral ascendente. La guerra en la que el reelegido Bush ya cantó victoria, sigue ese rumbo.