Para darse cuenta de lo que realmente significa hoy un presidente español, la mejor manera es conocerlo en su casa. Y eso fue precisamente lo que Marco Schwartz, de El Semanal , quiso hacer: dejarse invitar por José Luis Rodríguez Zapatero hasta el corazón mismo del poder político en España.

El reportaje que nos desvela los secretos del complejo Moncloa comienza en la segunda planta del palacio, a las nueve de la mañana de un día cualquiera. El presidente del gobierno se despide de su mujer y de sus hijas pequeñas y se dirige al trabajo, que sólo le queda un poco más allá, a una distancia de unos ciento cincuenta metros. En la planta baja de su residencia, Rodríguez Zapatero encontrará cada mañana, esperándole puntualmente, a uno de sus tres ayudantes personales (procedentes de la diplomacia, el partido y el Ejército), quien le deseará los buenos días y le tenderá una cartera oficial. Ambos se dirigirán por la Calle Tres a la oficina presidencial, en el edificio del Consejo de Ministros. Una vez en su austero despacho, desprovisto de cualquier adorno, con la excepción de una fotografía del Rey y una bandera de España, Rodríguez Zapatero llamará a su secretaria y se pondrá a trabajar en la agenda del día.

En el complejo de La Moncloa fichan diariamente, en la actualidad, más de dos mil funcionarios, repartidos entre cinco edificios divididos por áreas de gestión. Dada la presión que a menudo deben soportar, y el carácter secreto de muchos de los asuntos que tratan, una cierta proporción de estos reservados servidores del Estado suele padecer distintas patologías relacionadas con el estrés. Para atender sus dolencias, La Moncloa les ofrece su propio servicio sanitario.

El presidente, por su parte, entre otros privilegios, cuenta en todo momento con la atención particularizada de un equipo de tres médicos que se turnan en las dependencias del búnker erigido durante el mandato de Felipe González. Aquel proyecto, que tan polémico resultó en su momento, cuando llegaron a filtrarse sus planos y características a la prensa, consta hoy, según pudo verificar Marco Schwartz, de tres plantas subterráneas equipadas con toda clase de instrumentos de información, gimnasio, hospital, cocina, lavandería y, entre otras instalaciones, pozos que toman agua a doscientos metros de profundidad.

Uno de los corazones neurálgicos del complejo es el edificio de Semillas, donde asienta sus reales el todopoderoso jefe de gabinete del presidente, José Enrique Serrano. En opinión de los entendidos, el fontanero mayor. Una legión de asesores analiza y procesa con él toda aquella información que en un momento determinado pueda precisar ZP. Preparación de citas con otros mandatarios, o con representantes autonómicos, se combinan con la elaboración de discursos, argumentarios, ideas-fuerza... Con Rubalcaba, la vicepresidenta primera y el secretario de Estado de Comunicación, Serrano compone la célula más próxima a ZP.

El reportaje, cuajado de detalles y datos, impresiona por la imagen de poder que de él se desprende.

*Escritor y periodista