El histórico caso Dreyfus ha inspirado la nueva película de Roman Polanski, que debería ser, como todas las suyas, de obligada visión.

El visionario director polaco viaja en esta ocasión a una Francia, la de finales del siglo XIX, vanguardista en lo artístico, pero en lo bélico anclada en los años de la guerra franco-prusiana, tres décadas atrás.

De hecho, el casposo ejército francés, con sus corruptelas y su arraigado antisemitismo, será el gran protagonista de El oficial y el espía.

El oficial era el coronel Picquart, de la inteligencia francesa de aquella época. Soberbiamente interpretado por Jean Dujardin, representa en la cinta la honradez y el honor, el caballeresco ideal al servicio de las armas e intereses de su país, la gloriosa Francia a punto de ser engullida por la corrupción y el nacionalismo.

Desde el corazón de los servicios secretos, Picquart descubrirá que el capitán Dreyfus, condenado a prisión en la Isla del Diablo (Guayana francesa) por supuesta traición, lo había sido en realidad por su condición de judío. Para inculparle, altos oficiales de infantería se habrían conjurado para atribuirle la condición de doble agente al servicio de Alemania.

En la película, de ritmo algo lento, pero prodigiosamente ambientada, aparece asimismo Émile Zola, autor del célebre artículo Yo acuso, en el que, en un ejercicio de libertad y de valor, denunció la conspiración contra Dreyfus, facilitando a la opinión los nombres de los generales que habían amparado aquella injusticia.

El caso Dreyfus monopolizaría y extendería el debate sobre los judíos durante años sucesivos, evidenciando que no solo en Alemania o en Rusia había problemas, un claro rechazo a sus ritos y guettos, sino que el antisemitismo era mucho más profundo y estaba mucho más arraigado de lo que en la superficie podría pensarse.

Una reflexión cuya vigencia, hoy en día, se extiende a otros pueblos, razas, circunstancias y países.

Siendo el racismo uno de los peores males que, desde los pliegues más ocultos de nuestra sociedad, continúa inficionando la salud de Occidente y provocando injusticias como la que soportó Richard Dreyfus.