Haya acuíferos o no, lo cierto es que los vertidos que una empresa catalana ha hecho en los Monegros son muy dañinos para los seres vivos, según revelan los análisis del Instituto Nacional de Toxicología sobre las muestras tomadas por el Seprona, y que han sido remitidos al juzgado. Si finalmente la toxicidad de estos vertidos puede causar severas alteraciones al ecosistema, como avanzan los primeros análisis, la justicia debe ser implacable, porque si esta empresa ha elegido Aragón para deshacerse de sus residuos probablemente lo ha hecho obligada por la dureza con que se persiguen en Cataluña los delitos ecológicos.