Teniendo en cuenta la naturaleza emocional del españolismo (como del catalanismo), no cabe esperar demasiado raciocinio de quienes se abonan al nacionalismo extremo (ya saben: sea centrífugo o centrípeto). Por eso, en Aragón, donde abunda el unionismo irreflexivo, no son pocos los que aplauden y celebran las consecuencias económicas del conflicto en Cataluña, porque están convencidos de que los impactos negativos que se produzcan allí nos beneficiarán aquí. Los datos relativos a la interdependencia comercial y financiera desmienten semejante creencia (como contradicen las leyendas, en sentido contrario, de los separatistas). Pero cuando las ideologías se convierten en fe, la lógica y los hechos objetivos se esfuman. Pena.

Así que ahora la DGA y la Facultad de Economía han hecho público un estudio que cifra en hasta 6.000 puestos de trabajo perdidos y un descenso de 1,2 puntos en el crecimiento del PIB las consecuencias para Aragón... si persiste y se agrava la crisis catalana. De beneficio, nada de nada. Las dos comunidades van del brazo, les guste o no a los respectivos patriotas (patrioteros, habría que decir). La deslocalización por miedo a la desestabilización política ha traído hasta la Tierra Noble doscientas y pico sociedades con anterior sede en Cataluña. Sin embargo, de momento, eso no significa nada. La huida de empresas ajenas al secesionismo, que tanto emociona a los unionistas más ultras, es hoy por hoy una mera formalidad: los empleos y la actividad siguen donde estaban.

Adobadas por una furibunda corriente de opinión, se están divulgando informaciones sobre Cataluña que no son ciertas, o no exactamente. Todo eso de que nuestros vecinos están sufriendo sucesivas catástrofes económicas por culpa del separatismo hay que relativizarlo. En todo caso, parece evidente que, si aquello no se arregla, todos vamos a salir perdiendo. Por eso los verdaderos patriotas, o más bien las/os ciudadanas/os conscientes, desean antes que nada una solución pactada que respete la voluntad de los catalanes y les mantenga en España.