Un artículo de Gregorio Morán, destinado a su diario, La Vanguardia, pero que acabó siendo publicado en los digitales de otras cabeceras, ha incendiado las redes y provocado enorme barullo a lo largo de las últimas setenta y dos horas. Se titula Los medios del Movimiento Nacional y viene a ser un grito bronco y desnudo contra un procés repleto de intereses bastardos, procedimientos antidemocráticos y la más estruendosa demagogia. Demasiado parecido, sin duda, a su contrapartida españolista. A la postre, un discurso de Junqueras o Rufián es intercambiable con otro de Sáenz de Santamaría o Albiol sin más que cambiar tres términos y un par de frases hechas. Todos son nacionalistas, ¿no?

Los años vividos han concentrado la mala leche de Morán hasta convertir su ironía en agua regia, vitriolo, corrosiva sangre de alien. Por eso su famoso artículo ha explosionado como una granada de fragmentación. Aunque él sólo pretende acompañar en el juicio crítico a otros catalanes que ya no soportan más lo que está pasando en su país. Gente que se descara porque se ha cansado de marcar el paso tras la bandera, convivir con la manipulación, permitir que se fracture a la sociedad catalana mientras se enfrente a esta con la del resto de España, tapar la corrupción (Gregorio fue el primero que denuncio a la mafia del 3% en un artículo de hace años que tampoco fue publicado) y hacerle el juego al PP y a la derecha centralista: ¡qué bien le vendrá a Rajoy simultanear su último pulso con la Generalitat a cuenta de las cuentas (o sea, del dinero) con su deposición como testigo en el juicio por la Gürtel!

El rechazo al descarrilamiento del procés alcanza a catalanistas bien conocidos, a quienes defienden un referendo con garantías y claridad pero no la farsa que se está preparando, a los federalistas y a cualquier progresista con dos dedos de frente. No, no son peperos ni tardofranquistas ni cosa semejante, sino demócratas alarmados por la guerra sucia del Estado contra el soberanismo y la del soberanismo contra el Estado. Estan hartos, y se rebelan.