Las vísperas electorales, con todos los políticos metidos en faena de partido, son muy propicias para la opacidad administrativa que más tarde o más temprano acaban pagando los ciudadanos. Ahora se ha sabido que el anterior equipo del Ayuntamiento de Zaragoza, justo antes de las elecciones de mayo, cedió a Renfe 300 viviendas de más en el viejo cuartel de ferroviarios. No fue un despiste, fue un trato de favor con todas las de la ley: se modificó el Plan General de forma muy discreta para que no trascendiera a los medios de comunicación y se cedieron los pisos sin pedir compensación alguna para la ciudad. Comienza la campaña.