El imaginario político norteamericano, como el español, adolece de una más que evidente carencia: nunca una mujer ha gobernado. Sí han estado y están al frente de instituciones relevantes, del Congreso (tanto en España como en USA, con Merixtell Batet y Nancy Pelosi), en gobiernos autónomos y alcaldías, pero nunca en La Casa Blanca o en La Moncloa. Tanto en el PSOE (Carme Chacón, Susana Díaz) como en el PP (Soraya Saénz de Santamaría, María Dolores de Cospedal) tuvieron la oportunidad de impulsar a candidatas con posibilidades de llegar a presidir un gobierno español, pero optaron por secretarios generales (Rubalcaba, Sánchez) o presidentes varones (Casado).

En la ficción, sin embargo, Charlize Theron acaba de conquistar la Casa Blanca. La película, Casi imposible, en la que una mujer, transunto en parte de Hillary Clinton, accede a la carrera electoral desde una secretaría de Estado no ganará un oscar, pero muestra la capacidad de los norteamericanos para parodiarse a sí mismos y parodiar el poder.

En la trama de Casi imposible, de Jonathan Levine, la candidata, Charlotte Fields, necesita, para mantenerse en el poder y continuar su escalada hacia la cima, rodearse de una verdadera corte de asesores, quienes, de hecho, regirán su vida, una existencia carente por completo de intimidad y expuesta las 24 horas al ojo implacable, siempre despierto y crítico, de la opinión pública.

Uno de esos asesores será un periodista alternativo, interpretado por el actor Seth Rogen, a quien la candidata Fields contrata con la exclusiva misión de que guionice los chistes de sus intervenciones. Pequeños gags con los que hacer sonreír o reír a la audiencia y acreditar ingenio y una alegre disposición a la hora de comunicar o debatir. Poco a poco, sin embargo, el negro pasará a ser blanco de los dardos del resto del equipo de campaña porque les planteará hasta qué punto es verdadero su programa, y no una mera ilusión, y hasta dónde está dispuesta a llegar Charlotte Fields para cambiar las cosas en USA y en el resto del mundo.

Una película divertida, simple en su mecanismo de comedia fácil y estéticamente concebida para lucimiento de Theron, pero con mensaje de fondo.