El cierre contable de la caja del Gobierno de Aragón es ya un clásico por estas fechas. Se puso en marcha en el 2010, con Marcelino Iglesias, en el 2014, con Luisa Fernanda Rudi, y ahora con Javier Lambán. Lo hacen todas las comunidades y supone no autorizar nuevos expedientes de gasto, eso si, los que están en marcha no se paralizan, como dijo ayer el consejero Fernando Gimeno. Pero todos los gobiernos --de todos los colores-- lo utilizan para cerrar bien el déficit y la oposición --también del partido que sea-- lo aprovecha como crítica política. Lo importante es que no se deje de pagar a nadie.