El Ministerio del Interior ha ordenado el control de fronteras terrestres que, salvo excepciones muy restringidas, supone prácticamente el cierre de las mismas. Cualquier medida es poca para contener la epidemia, y esta se hacía inevitable si se quiere atajar al máximo la expansión del virus. De este modo, los ciudadanos no habrá tráfico con Portugal y con Francia. Esta medida afecta especialmente a Aragón, al igual que a otras comunidades como Navarra, Cataluña y País Vasco. Si los presidentes de Galicia y Extremadura reclamaron el pasado sábado al presidente del Gobierno esta medida, también lo hicieron el de Cataluña y el de Aragón, Javier Lambán. Este, ante la irresponsabilidad y actitud negligente de algunos franceses que, de forma numerosa, se detectaron durante el fin de semana en algunas localidades aragonesas, como Jaca, Bielsa o Alquézar, donde fueron reprendidos por su actitud.