Lo de Cristina Cifuentes no es un asunto opinable, sino algo que pudiera y debiera resolverse mediante procedimientos objetivos e indiscutibles. Porque lo que está en juego ya no es la buena o mala fama de una política, sino la credibilidad y fiabilidad de la universidad pública española. Ayer, durante el debate en la Asamblea de Madrid, tanto la presidenta de dicha comunidad como sus partidarios (incluidos la mayoría de los contertulios que en el canal 24 Horas de TVE glosaban la sesión) dijeron cosas que no son ciertas y acabaron cuestionando los mecanismos administrativos que rigen en la Enseñanza Superior. De esta forma, lo que está por ver es si la Universidad Rey Juan Carlos falsificó o no notas, actas y certificados para sostener a posteriori el maldito máster.

No estamos, como creen muchas personas intoxicadas por las versiones oficiales del barullo, ante el simple inflado de un currículo o ante un tema menor. No es la supuesta mentira de una persona sobrecargada de vanidad y esnobismo. Eso ya lo hemos visto otras veces. Pero lo que actualmente se sustancia es si una universidad pública otorgó un máster (título oficial) por ser vos quien sois, y si luego, cuando se ha destapado parcialmente la impostura, ha intentado cubrirse inventando sobre la marcha documentos cuyas firmas pudieron simularse (según afirma un medio digital no desmentido).

Por lo que se va viendo, podríamos estar ante un delito de falsificación que trasciende al personaje involucrado e impacta directamente sobre el propio fundamento del sistema. Ha sido preciso crear una (inaudita) comisión de investigación en el campus afectado. La lógica institucional está en cuestión una vez más. Y así es como la autoridad moral y efectiva de parlamentos, gobiernos, tribunales, ayuntamientos o universidades se debilita, se fractura y deja paso a la desafección.

Todo esto resulta increíble y define un país sospechoso y suspicaz. Cifuentes será o no máster (o lo será a su peculiar e inexplicable manera), pero se ha doctorado como experta antisistema. Enhorabuena.