El 5 de Marzo, un año más, Zaragoza disfruta de su clásico día de fiesta local, la Cincomarzada. El origen de esta celebración se remonta al 5 de marzo de 1838, fecha en que, durante la inhumana primera guerra civil de España (descafeinadamente conocida en la Historia como Primera Guerra Carlista) tropas partidarias del pretendiente al trono de España Carlos V (hermano del rey Fernando VII, quien había muerto en 1833) principalmente aragonesas, intentaron el asalto y ocupación de la ciudad de Zaragoza, postulada en favor de Isabel II, hija del difunto rey.

El asalto resultó un rotundo fracaso para los asaltantes carlistas, comandados por el brigadier Cabañero (turolense, de Urrea de Gaén), de manera que más de 200 soldados aragoneses resultaron muertos en la lucha, y casi un millar fueron apresados, siendo solo unos pocos, incluidos el propio Cabañero, quienes lograron escapar de la ciudad.

Precisamente ahora, el 5 de marzo de 2013, se cumple el 175 aniversario de aquellos luctuosos hechos que, hay que tenerlo en cuenta, ocurrieron en el marco de una inhumana guerra civil que costó la vida --desde 1833 hasta 1875, en que concluyó la tercera y última de las guerras carlistas-- a centenares de miles de españoles.

La Ley de Memoria Histórica (relativa a los inhumanos padecimientos y muertes habidos en ambos bandos durante la guerra civil y la posterior dictadura de Franco) ha abierto un vivo y necesario debate entre historiadores, políticos y sociedad española, porque es preciso que se haga justicia con todas las víctimas de la guerra y del franquismo, de manera que aquellos sufrimientos y muertes queden libres de la inhumana prisión del olvido.

En este feliz contexto de hacer justicia con quienes fueron víctimas de las guerras civiles que ha sufrido España ¿Por qué el Ayuntamiento de Zaragoza insiste en celebrar como festivo el día de la Cincomarzada? ¿Qué mensaje se transmite a niños y jóvenes, cuando se les explica que su día no lectivo conmemora una victoria que se saldó con la muerte de más de dos centenares de personas, buena parte de ellas aragonesas, de origen extremadamente humilde, nacidos en pueblos de Zaragoza, Huesca y Teruel?

En muchas ocasiones no somos plenamente conscientes de la importancia y transcendencia que los símbolos tienen en nuestra sociedad; por ejemplo, el escudo de la ciudad de Zaragoza tiene incorporada una leyenda, "Siempre-Heroica", que redunda en "su victoria" del 5 de Marzo sobre el ejército carlista; ¿Heroica por vencer a sus propios hermanos? Hace casi dos centurias, en el fragor de los odios generados por las luchas y las reivindicaciones de victoria, esa leyenda pudo haber tenido algún sentido; ahora, cuando la humanidad entera trabaja por un entendimiento mundial, no.

Zaragoza dio una lección magistral de paz y reconciliación cuando en 1908 trazó puentes de encuentro con Francia, a través de una exposición que incorporó grandes fastos, actividades culturales, monumentos, etc. en recuerdo del I centenario de los Sitios de Zaragoza, saldados con la vida de casi 50.000 personas. ¿Por qué no esa misma maravillosa muestra de reconciliación con los propios hermanos?

LA NUESTRA, desde hace casi tres décadas, es una sociedad global, y no solo en economía; somos personas interdependientes, con plena libertad para vivir, pensar y trabajar, y nuestras actuaciones se deben regir por el respeto a las normas de convivencia social. Esta es la base sobre la que se sustenta la Justicia, y solo desde ella podemos avanzar hacia una sociedad cada vez más sana, comprometida por el bien de todos y solidaria.

De acuerdo a las premisas anteriores, el Ayuntamiento de Zaragoza debería pensar, de cara al próximo año, cambiar el nombre de la Cincomarzada y renombrarla con un título que potencie los valores del respeto y la cohesión social ¿Por qué no llamarla Fiesta de la Primavera? Son fechas estas en las que las nieves ya están dándonos su adiós, los almendros florecen y los lirios empiezan a adornar con sus colores los campos.

Y a la calle Cinco de Marzo de Zaragoza ¿Por qué no se le pone el nombre de calle del Amor? Sería una maravillosa expresión de deseo de paz y reconciliación, máxime en una humanidad que continúa alarmantemente esclavizada a los horrores de la guerra.

Por cierto: la palabra marzo contiene todas las letras del valor más importante de nuestras vidas --sin él la humanidad no tendría sentido--: el amor. Y marzo tiene una letra más, que es la z. Así tenemos amor con z, de Zaragoza.

Historiador y periodista