Los datos son contundentes: entre este año y el próximo las tasas e impuestos del Ayuntamiento de Zaragoza subirán más que en toda la década anterior. La ciudadanía se encuentra pues ante un incremento de la presión fiscal sin precedentes, que en pura lógica debería quedar justificada por el incremento de la inversión, la mejora de los servicios y la eficacia de la administración municipal.

No invitan precisamente a aceptar estas últimas subidas los datos sobre las ingentes cantidades que importan los recibos que el Ayuntamiento debería cobrar pero no cobra, sea por desidia o incapacidad. Tampoco es un aliciente para el vecindario saber que el gasto corriente del municipio ha ido aumentando en una escalada impresionante a lo largo de los dos últimos lustros hasta alcanzar unos límites absolutamente inaceptables.

En este escenario, las últimas propuestas económicas elaboradas en la Casa Consistorial requerirían explicaciones y compromisos que el equipo de Gobierno no ha dado aún. En cuestión fiscal, PSOE y CHA están incumpliendo sus programas electorales. Deberían esforzarse mucho más en justificar tal situación ante sus votantes y ante toda la opinión pública.