Numerosos estudios sociológicos sobre nuestro espectro electoral han venido concluyendo en las últimas décadas que la mayoría de los españoles son de centro. Ni de izquierdas, en puridad, ni puramente de derechas. Sería el nuestro un votante mayoritariamente moderado y centrista.

Y, sin embargo, los partidos que tratan de establecerse bajo la bandera centrista han tenido que arriarla ante las andanadas de este y oeste, norte y sur. Adolfo Suárez triunfó en los albores de la Transición, cuando todavía no tenía oposición, con un bloque de centro (UCD), pero al regresar en los ochenta con su CDS encontró el espacio ocupado y, como desoladora respuesta de las urnas, una cruel derrota. Los liberales de José Antonio Segurado fueron absorbidos por Alianza Popular. Hubo que esperar a Rosa Díez y a su UPyD para reverdecer brotes centristas, pero el árbol no arraigó. Con Albert Rivera el centrismo dio un salto colosal, situándose a la altura de un posible gobierno, pero de repente aquel castillo, de sueños, en parte, pero también de buenas y constitucionalistas ideas se vino abajo y hoy son muchas las malas lenguas que le vaticinan una próxima defunción.

Sobre los hombros de Inés Arrimadas ha recaído la tarea de la reconstrucción y reorientación de un partido aún indefinido. Su giro a la izquierda, desde la posición conservadora en que lo había dejado Rivera, parece más un maquillaje que un cambio de piel. Entre los cuadros, votantes y simpatizantes de Ciudadanos los hay que no son de centro stricto sensu, sino socialdemócratas, democristianos, liberales, liberal—conservadores, incluso neoconservadores que rechazan los modelos de los viejos partidos… Una tribu.

El nuevo Cs proclama su vocación de pactar a diestra y siniestra, con el PP y con el PSOE, o con ambos a la vez. Hay precedentes. En Aragón, el PAR lo ha venido haciendo desde su mayoría de edad, gobernando o cogobernando con populares o socialistas desde finales de los ochenta hasta la fecha actual. ¿Les ha ido bien, mal, regular? Cada voz del PAR tiene su propia versión, como dentro de Ciudadanos se oyen distintas teorías y réplicas. ¿Sabrá Arrimadas representar al centro? ¿Será Daniel Pérez Calvo el centro político en Aragón? Más que a nuestras preguntas, habrá que estar atentos a sus respuestas.