Nunca en mi vida había escuchado decir Elpidio. Ahora este nombre anda en boca de todos. Corresponde al juez que ha sido descabalgado del tema Bankia y tema Blesa. Estuvo este sábado en La sexta noche, donde mantuvo una entrevista amplia y dura con cuatro periodistas, para explicar lo que él sabe y todos entendemos. Hagamos un inciso: ¿qué le parecería que cuando surgiese algún asunto que afectase a la ciudadanía, el responsable de ese tema se sentase en un sillón frente a cuatro periodistas, y se sometiese a sus preguntas? ¿A usted le parecería edificante y eficaz? Por ejemplo, con el barullo de la Sanidad, en todas sus ramas: privatización, copago, saturación. Venga, un dirigente y papeles y pizarras.

Bueno, estuvo Elpidio y a mí me suscitó una sensación embarazosa: si este hombre ha sido destituido del caso, pero se permite que vaya por los platós explicando lo que ya todos sabemos, ¿en qué lugar queda la Justicia con mayúsculas? ¿Esta es la práctica habitual? Como ya tengo una edad, les confieso que siempre veo guardias con la porra: en cualquier momento estaba esperando que entrase la poli y se llevase a este juez esposado. Aquello tenía todo el aire de clandestinidad televisada. No son formas, quiero decir. La Justicia nunca debe tener aspecto de chirigota. Que un juez diga en público que "el sistema está podrido y no puede soportar más" es como para pillar el pasaporte y salir pitando. ¿No va a pasar nada? ¿Puede el juez Elpidio seguir con su denuncia sin que nadie abra la boca?