La colaboración entre las administraciones y las regiones pirenaicas ha sido una constante histórica, a veces con las infraestructuras comunes como punta de lanza de sus relaciones. Pero la protección del hábitat de distintas especies (como el oso) ha ampliado los esfuerzos comunes de estos territorios colindantes. Ahora, una nueva iniciativa transfronteriza financiada con fondos europeos ha puesto en marcha la protección de las aves necrófagas sobre las que se trabajará de manera conjunta para una gestión sostenible de estas especies (quebrantahuesos, alimoche, etc) , amenazadas en muchos aspectos, derivados de la acción humana, como tendidos eléctricos. Una iniciativa de sensibilidad medioambiental.