Los colores del equipo y los pálpitos del corazón están por encima de los problemas laborales y de los ERE. Al menos eso parecían representar ayer tres de las víctimas de los ajustes laborales del Real Zaragoza --Pedro Herrera, Ander Garitano y Santi Aragón--, que se dejaron ver en buena armonía en la Ciudad Deportiva, como espectadores del encuentro entre el Zaragoza B y el Huracán de Valencia. Con la salida de Agapito vuelve la concordia.