El 1 de octubre se acerca a marchas forzadas y, al no ceder, sino, todo lo contrario, al incrementarse hora a hora la tensión entre el Gobierno español y la Generalitat, ese mal final que muchos venimos pronosticando a la aventura independentista está cada vez más próximo. Mariano Rajoy repite una y otra vez que el referéndum no se celebrará. Si Puigdemont insiste en instalar las urnas, la única manera de impedir la votación será retirarlas. Y eso sólo se podrá conseguir con la intervención de la fuerza pública. A partir de ese momento, pueden producirse enfrentamientos en las calles, con consecuencias difíciles de predecir... sin que sea descartable un conflicto grave y largo en el tiempo.

Acaso en previsión de lo que consideraría una invasión de las fuerzas españolas, el president declaraba recientemente que es imprescindible que Cataluña tenga un ejército propio.

Para ello, según informa Interviú, por medio de un reportaje de Juan José Fernández, la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC) ha elaborado un documento titulado «Dimensionament de las Forces de Defense de Catalunya» en el que se estudia el modelo de ejército adecuado a la Cataluña independiente. El documento aconseja la creación de una unidad de reservistas y un servicio militar voluntario a fin de generar tropas para integrar a corto plazo un primer batallón de combate integrado por fusileros de montaña, marinos, infantería aerotransportada e infantería mecanizada. Como armamento, se adquirirán obuses L118 británicos y cañones Caesar de fabricación francesa.

En cuanto a las fuerzas marítimas, la nueva Academia Naval de Cataluña formará oficiales para buques de guerra antisubmarina, y adquirirá una fragata Absalón con misiles Harpoon y una flotilla de patrulleras costeras.

El espacio aéreo catalán estará vigilado por aparatos no tripulados, pero el estudio especializado de la ANC recomienda invertir en un escuadrón de cazas F-16.

Respecto a quién será el comandante en jefe de las fuerzas militares catalanas, dependerá de si se constituye un estado mayor o el president asume directamente el mando en caso de conflicto bélico con España u otras potencias coyunturalmente enemigas.

¿Les parece ciencia ficción? No lo es, porque el proyecto es tan real como la pesadilla que se está viviendo en Barcelona...