Recuerdo las horas y horas que pasamos los periodistas cubriendo la comisión de investigación sobre Plaza en las Cortes de Aragón. El resultado fue decepcionante; apenas unas conclusiones con unas responsabilidades políticas que no llevaron a ningún sitio. La nueva comisión que girará en torno a los presuntos desmanes en la gestión pública del saneamiento y la depuración de aguas en la comunidad corre el mismo riesgo. Se quieren depurar -nunca mejor dicho-- responsabilidades políticas. Pero ninguno de los que ejecutaron ese plan tiene ya cargos públicos. Dijo Pablo Echenique que estamos ante la trama del agua en Aragón. Y no deja de ser curioso porque ahí está el informe de la Cámara de Cuentas, en el que se evidencia el fiasco del modelo. La Fiscalía tiene acceso al documento y no se ha tomado ningún tipo de medida al respecto. Nadie lo ha llevado tampoco ante los jueces. Tampoco Podemos. Así que, de qué trama hablamos. Pero en cambio se quieren buscar responsabilidades políticas. Evidentemente si algo se hizo mal habrá responsables, aunque dimisiones no habrá. La comisión llega tarde y lo más que se puede esperar de ella es identificar un modelo de gestión manifiestamente mejorable. Con las comisiones de investigación ocurre como con los informes de la Cámara de Cuentas: se quedan en unos cuantos titulares, pero no tienen efectos prácticos. Quizás sea hora de replantarse el funcionamiento de estas comisiones y del órgano fiscalizador aragonés, que corren el peligro de caer en la intrascendencia.

*Periodista