El etarra que asesinó en agosto de 2002 a los guardias civiles Irene Fernández Perera y José Angel de Jesús Encinas, en Sallent de Gállego, ha sido condenado a 75 años de cárcel y a indemnizar a sus familias con 600.000 euros. El tribunal considera probado que Guridi Lasa confeccionó la bomba-lapa en la cuadra de su padre y la colocó después en los bajos del todoterreno de la Guardia Civil. Este valiente , que se negó a declarar ante el juez, cumple una condena de 30 años por el asesinato, en mayo de ese mismo año, del periodista López de Lacalle, por lo que el asesinato de los jóvenes guardias de Sallent le salido muy rentable .