La Policía Local de Zaragoza ha decidido echar un pulso al ayuntamiento a costa de los ciudadanos, acosándoles con sanciones sobre todo a los ciclistas e incordiando a otros como los que ayer se tuvieron que bajar de seis autobuses urbanos por una inspección rutinaria. Una forma de intentar lograr sus reivindicaciones fruto de la falta de negociación que el gobierno ha tenido con ellos. Pérez Anadón, el concejal responsable, debe cortar este conflicto cuanto antes porque la autoridad de los agentes solo puede acarrear más problemas.