Han celebrado un congreso para elegir nuevos cargos y apenas han elaborado doctrina. Lo llegaron a denominar "congreso de la regeneración" cuando en realidad únicamente ha servido para cambiar de caras. Puras formas y quienes durante años y años votaron socialista desenganchándose del carro, que como decía Manolo Escolar "anoche me lo robaron". Más allá de los miles y miles de honrados militantes que todavía creen en valores que acaso un día vuelvan, Pedro Sánchez traduce la omnipresencia del malhadado Pepiño Blanco, hoy sesteando en las hamacas de un Parlamento europeo que le depara un sueldo magnífico y esperemos que no el juego de unas vergonzosas pensiones. Sánchez, César Luena, Antonio Hernando y Óscar López (el poder real del nuevo PSOE con el concurso de Susana Díaz, alias la 30%, o la Wally digital --por eso de su nombramiento a dedo--, son gentes de Pepiño y... juzguen ustedes. Pero hay más: ¿qué regeneración o vuelta a los valores tradicionales del socialismo (plastilina mediante) representan la figura y aparente adoración al capitalista Felipe González, al comisario europeo de los recortes Joaquín Almunia o al exsecretario general de la OTAN Javier Solana, todos ellos loados y llevados en andas en el recién celebrado congreso del cambio? Las fotografías no mienten y los militantes socialistas no deberían dejarse engañar. Quienes no van a hacerlo son muchísimos votantes en los próximos comicios. Otro PSOE debería ser posible.

Profesor de universidad