Tenemos una consejera de Cultura y Educación pinturera y con mando en plaza. Ahora mismo es figura ascendente en Madrid, puerta de todos los ascensos. Eva Almunia ha sabido capear el proceloso mundo de la enseñanza no universitaria, donde las viejas frondas son hoy remansos de paz, mérito que dice mucho sobre su buen hacer. El otro día, sin duda que por razones próximas a su condición de responsable federal del PSOE, hasta capeó el asunto de la religión con mano izquierda y algún ayudado de derechas, sin que se viera en exceso el pico de la muleta. Afortunadamente, el sentido común de Rodríguez Zapatero y de Rouco Varela han logrado rebajar tensiones y fijar marcos para el futuro. Eva Almunia juega un papel importantísimo en el envite aunque de paso, y porque le concierne, tal vez debería hacer llegar a la opinión pública cuestiones vinculadas con el Patrimonio Cultural, en buena medida propiedad de la Iglesia a cuyo mantenimiento todos contribuimos. ¿Cuántos dineros invierte la administración en iglesias, ermitas y demás propiedades eclesiásticas? No es por nada, sino para que algunos dejen de hacer demagogia sobre la mala fe de los socialistas.

*Profesor de Universidad