Ya ven ustedes: los cerebros del sobrecoste que permitió convertir Plaza en un pelotazo por debajo de la mesa han pactado con la Fiscalía, e irán a la cárcel... pero muy poquico. Así que, a la espera ver cómo acaban Carlos Escó, el viceconsejero socialista, y los otros (pocos) acusados que no han querido reconocer la culpa y aceptar un leve castigo, cabe consolarse pensando que, al menos, el dinero tangado volverá a las arcas de la plataforma logística. Y aquí paz y después gloria. Como dicen mis colegas dedicados a la crónica de tribunales, el ministerio público ha optado por el más vale pájaro en mano que ciento volando, y Acciona (principal beneficiaria de aquel apaño) se ha hecho la misma cuenta.

Que se lo vengo diciendo a ustedes: el mal menor es, al final, la única opción. Porque, con la que está cayendo, lo bueno-bueno se ha puesto imposible. Claro que tampoco es fácil saber qué es lo mejor de lo peor. Vean, por ejemplo, cómo nos saca de quicio cualquiera de esas cosas estrafalarias que suceden en Cataluña (incluida, sí, la irrupción de los fachas en una librería de Barcelona para reventar un acto protagonizado por Pablo Iglesias). Allí, los infelices de los CDR se creen que jodiendo la magra en las autopistas se desarrolla la vía eslovena (sin unidades de defensa territorial ni misiles tierra aire Sam-7 ni armamento antitanque ni una población unánimemente decidida a obtener la independencia). Pero, mientras, París ardía (esta vez de verdad) en manos de los chalecos amarillos, el presidente Macron se la envainaba hasta cierto punto, y el gasoil era bendecido por les enfants de la Patrie.

Consuélense. En Katowice, Polonía, patria del carbón y del nacionalpopulismo de extrema derecha, la cumbre del clima que debía concretar los acuerdos adoptados en la anterior reunión de París habrá de conformarse con aprobar una declaración no vinculante. A EEUU, Rusia, Arabia y Kuwait les importa poco que la temperatura aumente 1,5 ó 2 grados o lo que pete. Pues nada, con abrir las piscinas en mayo, todo resuelto. Y baratísimo.