Al director gerente del Servicio Aragonés de Salud, Antonio Brun, le sobró ayer la rotundidad que le faltó en junio cuando se detectó un gravísimo brote de legionela en el hospital Clínico. En aquel momento, con 32 personas afectadas por la bacteria, siete de las cuales murieron y alguna más atravesó por periodos muy críticos, no se oyó a Brun calificar como hecho "muy grave" el citado brote, ni las consecuencias ni el origen del mismo. Nada. Ayer, sin embargo, fue muy contundente para calificar de "muy grave" la información aportada por EL PERIODICO sobre un nuevo caso de legionela en este hospital. Al gerente del Salud le inquieta que se haya podido vulnerar la confidencialidad que debe asistir a cualquier paciente hospitalario, pero éste no es el caso. Si tiene alguna duda puede preguntar a los afectados del brote de junio que han acudido a los tribunales porque consideran un hecho muy grave que se haya puesto su salud en juego.