Las tensiones ya están apareciendo en la negociación colectiva del convenio de hostelería en Zaragoza, que afecta a casi 5.000 trabajadores. Es curioso que después de aceptar los trabajadores la congelación salarial en los años de crisis, la recuperación económica cueste aplicarla a incrementos que al menos garanticen el IPC (los sindicatos reclaman el 3,5% en dos años y los empresarios ofrecen el 2%) en una coyuntura turística con récord de visitantes en el último ejercicio y con reducción de plantillas respecto a las existentes al comienzo de la crisis. La recuperación de las condiciones laborales y, entre ellas las salariales, debe ser un objetivo social y la responsabilidad alcanza también a los empresarios.