El hasta ayer obispo de Barbastro fue ayer el hombre más buscado por los medios de comunicación aragoneses, que querían saber de primera mano qué sentía al cambiar de diócesis. Pero el de ayer, Jueves Santo, era un día particularmente denso de trabajo para los obispos en general, y para el de Barbastro en particular, pues debían empezar a hacer la mudanza. El buzón de voz de su teléfono móvil debió registrar numerosos mensajes, pues su cordialidad invita a ello: "¡Hola!, soy Juan José Omella, deja tu mensaje", dice el obispo cuando suena su móvil.