Circula estos días por las redes sociales y sobre todo por los WhatsApp un vídeo de 50 segundos grabado por una zaragozana en la orilla izquierda del Ebro, entre el puente de Piedra y el de Hierro, por la zona del Balcón de San Lázaro, en el que se ven numerosos grupos de personas, jóvenes en su mayoría, que han salido a oxigenarse un rato después de tantas horas de confinamiento. Ya es de noche y entre los grupos se ve a algunas personas con mascarillas, a otras sin ellas, a la mayoría sin mantener la distancia social requerida por las autoridades sanitarias, sentadas en la orilla, rodilla con rodilla, hablando cara a cara..... No es muy responsable esta actitud individual estando dentro de una pandemia global.

El alcalde de Milán, Giuseppe Sala, abroncó esta semana a sus conciudadanos después de las imágenes vistas el pasado jueves cuando cientos de personas que salieron a pasear asaltaron los bares a la hora del vermut, cuando los establecimientos de la ciudad italiana se supone que tan solo estaban abiertos para suministrar pedidos para llevar. Otra irresponsabilidad individual que perjudica a todos.

Cuando se conoce como el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, quiere montar otra vez una caravana para celebrar en esta ocasión, hoy domingo, los 25 años del éxito del Real Zaragoza al conquistar la Recopa de Europa y seguro que se enoja porque la Delegación del Gobierno, una vez más, ha impedido un acto que es de máximo riesgo para toda la población, la palabra irresponsabilidad (política) vuelve a saltar y más viniendo de una autoridad. Una población a la que hay que seguir cuidando, a pesar de haber flexibilizado (y estar en ello) las normas del estado de alarma.

Riesgo

Todos estos hechos deben poner de manifiesto que algunas de las medidas que en las últimas horas se están sucediendo, mal interpretadas, ponen en riesgo a una comunidad de ciudadanos y a una sociedad en su conjunto. El coronavirus nos hace estar en un proceso de vigilancia continua que va a mejor, sí, pero que puede ser reversible en cualquier momento. Y ese y no otro es el mensaje que hay que transmitir y más desde las altas instancias políticas.

La desescalada no significa contagio cero. Aragón pasa mañana a la fase 1 pero esto no debe ser interpretado porque somos mejores que otros y estamos a la cabeza. Algunos políticos de otras comunidades da la impresión que, por unos intereses o por otros, se han metido de lleno en esa lucha por el primer puesto que es un absurdo. Aragón cambia de fase, podremos hacer más cosas a partir de mañana. Pero esta semana ha habido en la comunidad 62 muertos hasta ayer, una cifra que debe mover las conciencias de todos. Por eso hace falta mucha cautela y mucha prudencia y cumplir a rajatabla la normativa sanitaria. Esas normas higiénicas con las que ya nos hemos familiarizado todos deben continuar sin tregua y respetando, además, a la población más vulnerable que son las personas mayores.

Por eso es necesaria la sensatez de los ciudadanos, y salvo excepciones, la gran mayoría respeta todas las normas. Pero sobre todo hace falta la sensatez de los responsables políticos. Hay que pensar que, lamentablemente, el número de muertos por el covid-19, también en Aragón, seguirá aumentando y nadie debe caer en trivializar como cuando hace tan solo poco más de dos meses había quien hablaba únicamente de una gripe. Fuerte, eso si.

Esto es algo que beneficia y perjudica a todos. Por eso sobran irresponsabilidades. Como la de la consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Pilar Ventura, que ayer tuvo que pedir disculpas --qué menos-- al personal sanitario de la comunidad por unas palabras en las que decía que fue un estímulo para ellos fabricarse EPI caseros. Cuando un político tiene que emitir un comunicado al día siguiente de haber dicho una barbaridad como esta es que ha sido muy irresponsable. Es muy grave lo que dijo y afecta a sanitarios fallecidos y enfermos que, quién sabe, si no tendrán secuelas. Y todo por culpa de no tener los equipos adecuados en el momento preciso. Algunos le piden la dimisión, otros lo harían si no fuera por el proceso en el que estamos, pero de momento ni ella lo hace ni el jefe del Ejecutivo toma una decisión.

Prudencia, respeto y responsabilidad por parte de todos. De los que tienen la obligación de dirigir la actual situación creada por un virus que va a seguir estando ahí, de la oposición y de los ciudadanos que tienen que cumplir las normas establecidas no solo porque les va la vida en ello, sino porque también va la de los demás.

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