En política lo que no es posible es falso. Es una frase de Max Weber. Hoy se cumplen cien años de su muerte. El padre de la sociología nos dejó esta cita plena de actualidad. Si eliminamos del debate diario la tensión y lo que es imposible, nos queda la política. El exceso de confrontación intenta atraer la atención y activar a su favor al electorado. Los debates parlamentarios se llenan de celofán y embalaje aislante, que invita a la relajante tentación de explotar las burbujas de amortiguación. Los estrategas de las derechas deberían repasar una de las lecciones básicas de la psicología. La que relaciona el rendimiento con la activación o motivación. Me refiero a la ley de Yerkes-Dodson, o teoría de la U invertida. Esta norma establece que a mayor excitación hay un mejor rendimiento. Pero cuando los niveles de activación son muy elevados, la respuesta positiva disminuye.

A los psicólogos nos gusta experimentar con ratas. No es que pretendamos replicar con estos animales los comportamientos de la ultraderecha. Se trata de estudiar conductas, de forma mensurable, para entender el funcionamiento de las personas. Pues bien, los ratones que recibían una estimulación eléctrica suave se motivaban más para finalizar con éxito un laberinto. Ahora, al elevar la intensidad de la descarga, los roedores disminuyeron su rendimiento y solo se preocupaban de escapar, abandonando su objetivo. Es lo que se observa en tareas de aprendizaje, en el ámbito laboral o en la competición deportiva tras un análisis psicológico. Una vez que la motivación llega a un nivel óptimo, no es posible seguir mejorando el rendimiento. Los deportistas que superan un determinado punto de estrés, adecuado para su tarea, se bloquean y disminuyen el rendimiento. Este modelo es aplicable a todas las tareas que requieren esfuerzo y concentración. Si bien influye más en labores complejas que en las sencillas.

La huida de Arrimadas, saliendo borrosa de la foto de Colón, tiene que ver con esto. Los naranjas necesitan escapar del emparedado de tensión al que les someten Casado y Abascal, para respirar oxígeno electoral. La duda es si al estar empotrados en gobiernos, con esas mismas formaciones, pueden y quieren salir del escenario que les mantiene intubados a las derechas. En la crispación son quienes más tienen que perder. Y su posición dubitativa, la que más pone de los nervios a sus aliados de Rivera. Pero aún hay algo peor que el exceso de tensión: la hipertensión contradictoria. Los resultados de la confrontación conservadora han conseguido algunos éxitos. Primero, Pedro Sánchez aprueba la última prórroga del estado de alarma, con mayoría absoluta, sumando al bloque de investidura a Ciudadanos. Segundo, el Gobierno refrenda la ley del ingreso mínimo vital sin votos en contra. Y por último, un éxito similar puede tener la ley de protección de la infancia que acaba de impulsar el Consejo de Ministros. De regalo, el Congreso retira las medallas al policía franquista torturador Billy el Niño. Con el voto a favor de la izquierda y Ciudadanos, la abstención del PP y el voto en contra de sus compañeros defensores. Aunque el diputado popular Suárez Illana, para vergüenza de su padre, ha roto la disciplina de voto y se va con los ultras nostálgicos de la policía patriótica de Franco. Su amplio conocimiento de las tradiciones neandertales le acercan, día a día, a sus antecesores.

Hasta hoy, el mejor aliado del PP es el legionario de Cristo Lorenzo Rego. Este médico, miembro de la secta que dirigía el abusador de menores Marcial Maciel, dirigía la tecnología pericial contra feministas y progresistas. Sus creencias religiosas, y sus ideas políticas, le llevan a ejercer de homeópata forense. Así que la jueza dice que no hay caso. Con tanto fiasco, a Casado se le esté quedando cara de Pierre Nodoyuna. Al fin y al cabo, el único que le ríe sus fracasos es el Patán de Vox. Por el flanco progresista, es un decir, el expresidente González, Felipe (sado), sigue siendo Don Cicuta de la izquierda. No le vendría mal un emérito, «por qué no te callas». Aunque Juan Carlos no está para dar lecciones, ahora que va a ser investigado en el Tribunal Supremo sobre fraude fiscal y blanqueo de capitales, por tanto liarsen con unas y otros, en la ceca y en La Meca.

En Aragón el deporte tira de normalidad. Ha vuelto, a escondidas, el fútbol a La Romareda. Y mañana comienza la Rainwob Run más solidaria. Yo ya estoy preparado.

La reforma laboral ha centrado el debate parlamentario sobre quién la quiere más grande. Ciudadanos tira la piedra y Calviño esconde la mano. Filosofía de intenciones con más humo que munición. El tamaño importa, pero el contenido de las reformas y la calidad de una nueva y progresista regulación laboral., más todavía. No lo solucionaremos aquí, por mucho paquete que marque Lambán. Mientras, en Zaragoza, Azcón a lo suyo. Mi petición aquí, hace tres meses, de reconocer como hijo predilecto al doctor Simón se abre paso en el ayuntamiento. Lástima que el alcalde le niegue el oro, y el cariño, atendiendo más a su obediencia conservadora que al prestigio de nuestro vecino.

En fin, hoy llega otro de sus días grandes. Procesión, a toda hostia, por el interior del Pilar. Se lucirán poco los corporales y menos los sementales. Será un Corpus Tristis.

*Psicólogo y escritor