Una experiencia común y un poco humillante es descubrir que tienes que aprender cosas que creías saber o que ya sabrías si hubieras prestado atención. Hay mucho que no sabemos del covid-19, pero parece que una de las cosas que protegen es extremar las medidas de higiene. No era algo tan nuevo. También había un plan para actuar ante una pandemia.

Sabíamos también que las prevenciones de la democracia liberal tenían sentido. Elementos engorrosos como los procedimientos, la neutralidad de las instituciones, la separación de poderes o la independencia de los medios de comunicación son en cierto modo formas de higiene.

Unidas Podemos (UP) se puede definir de muchas maneras: una renovación de la izquierda poscomunista, la importación de un estilo político latinoamericano, como ha explicado Carlos Granés, o, en formulación de Ramón González Férriz, una exitosa operación de colocación de gente inempleable. La idea inicial es colonizar las instituciones y utilizar todos los poderes del Estado contra sus adversarios políticos, que consideran enemigos. No creen en la neutralidad: ni siquiera como aspiración. Los medios y las instituciones son herramientas para lograr la hegemonía. Para justificarlo emplean la táctica del salami, que Adorno detectaba en la extrema derecha alemana: como los medios tienen una orientación ideológica y los partidos tienden a beneficiar a los suyos, ¿qué más da que un vicepresidente pida donaciones para un medio de propaganda como La última hora? Nunca ha habido objetividad, ¿no son todos los periódicos más o menos lo mismo?

Acusas a los otros de hipócritas para ser tú cínico (en otros momentos usas las herramientas de la hipocresía: pocos superan a Iglesias en fariseísmo). La verdad objetiva no existe. Tu labor es contrarrestar las informaciones negativas (verdaderas o falsas) con bulos que te beneficien: es el método Bannon. Un partido en el gobierno pide dinero para un medio de vocación sectaria y suscribe que esa es una forma de vigilar al poder, que siempre son los demás. Unidas Podemos ha disfrazado sus aspiraciones. Pero ese elemento dogmático y antipluralista está en su esencia. Aparece en señalamientos a ciudadanos, en sus declaraciones, en las críticas a la decisiones judiciales. Busca crear confusión sobre los hechos y extiende una visión cínica siempre tentadora. A veces no se sabe si sus socios la comparten. Hace que pensemos en cuando Sánchez decía que no iba a poder dormir y nosotros tampoco. Son cosas que sabemos pero tendemos a olvidar, como palabras de otra lengua que hemos buscado mil veces.

@gascondaniel