Aragón sigue creciendo, como reflejan las estimaciones del tercer trimestre, según el Instituto Aragonés de Estadística. El incremento se establece en un 0,35% del PIB, consolidando la senda de recuperación iniciada a finales del pasado ejercicio. Si bien es un dato positivo que situaría el interanual en el 1,5%, no conviene despreciar que los aumentos no alcanzan a los registrados en el resto de España, aunque superen ligeramente a la media de la Unión Europea. Tanto los datos objetivos como los recientes informes de entidades económicas que hablan de las ventajas de la comunidad, así como las declaraciones de responsables empresariales vaticinando perspectivas de salarios en alza deben ser recibidos con cautela, al menos desde la Administración, cuya gestión está orientada a toda la sociedad. Porque esas percepciones deben ser profundamente matizadas cuando entidades como Cáritas demuestran que la desigualdad ha crecido en Aragón un 22% en los últimos años, casi el triple que la media nacional. Y justificarlo en que el porcentaje de partida era mejor y de ahí el incremento, sería un miope consuelo.