La comisión especial celebrada ayer en las Cortes para analizar la transición energética volvió a desatar las críticas a la ministra Teresa Ribera, que el miércoles acudió a Andorra. Los sindicatos calificaron sus explicaciones de «tomadura de pelo» y los empresarios le reprocharon que «no se puede venir a no decir nada». La ministra planteó un convenio, pero lo cierto es que no concretó ante una situación que exige algunas seguridades. Con acierto, los agentes sociales, que hicieron autocrítica del proceso de reindustrialización, criticaron que se hablara de futuro cuando las necesidades son acuciantes. Vecinos y agentes sociales reclaman con vehemencia que se empiece a hablar de presente. Esa es la clave.