En Huesca, Arrimadas no descartó incluir otro trasvase del Ebro. «La decisión sobre los trasvases será tomada en ese plan nacional, y desde luego hay que garantizar que todas las zonas de España tengan garantizado el riego». Debe ser ya hastío después de décadas gritando y saliendo a las calles en contra del trasvase del Ebro, pero me extraña que su amenaza no tuviera más eco en la sociedad aragonesa. O quizá lo que sucede es que el personal no le da demasiada importancia a lo que digan los de Ciudadanos y, salvo que se confirme la alianza de las tres derechas, que se dará si los números cuadran, la exhibición de ignorancia y el desprecio no ya de lo que dicen los científicos, sino el mero sentido común, ya no preocupa. Se piensa que es una boutade propia de la campaña electoral. Pero si unimos la amenaza de Ciudadanos a la de Casado, con sus promesas ante los regantes de Murcia, ratificadas por Aznar, ese dios tronante, este fin de semana, dejando en ridículo a Beamonte, es para estar más que atentos. Todos para el Levante y la España vaciada lo será todavía más. Así que nada, teniendo en cuenta la hospitalidad demostrada por el partido naranja a la hora de hacer sus listas en las que como se ve, cabe todo, desde exprofesionales del PSOE con 20 años de vivir de la política a exprofesionales del PP, que ahora compartirán listas y su alegría cuando cobren su primera nómina del Parlamento Europeo, plantéeselo y apúntese. No hace falta que sea experto en nada, si es un poco famosillo, mejor, eso sí. Y tragaderas trasvasistas, tiene que tener usted muchas tragaderas. H *Profesor de universidad