Y cuando falla estrepitosamente es que son muchos los que incumplen su cometido. Solo así se puede entender esta tragedia que está afectando a millones de personas, provocando miles de muertos y una forma diferente de entender la economía.

Llama especialmente la atención la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las declaraciones que su director general, el etíope Tedros Adhanom, ha ido realizando a lo largo del proceso y especialmente tras las reuniones del consejo ejecutivo que está formado por 34 miembros. Si atendemos a los datos que aporta la web de la OMS en su declaración definitoria literalmente indica: somos la autoridad directiva y coordinadora en asuntos de Sanidad Internacional en el Sistema de las Naciones Unidas. Aunque es cierto que carece de la autoridad coercitiva que tienen los estados.

Si atendemos a lo reflejado en sus actas observamos que los episodios de covid-19 que iban apareciendo en China desde el uno de diciembre de 2019 no fijaron su atención específica hasta los días 22 y 23 de enero en los que el ejecutivo Tedros Adhanom reunió al Comité de Emergencias que es quien le asesora en estas materias. En las conclusiones del comité no se llega a un consenso sobre si la situación es una ESPII (Emergencia de salud pública de Importancia Internacional) aunque consideran de gran importancia que el virus se transmite de persona a persona y realizan recomendaciones a la OMS, a China, al resto de países y a la comunidad internacional. En concreto a China se le aconseja «realizar pruebas de detección a la salida de aeropuertos y puertos internacionales en las provincias afectadas para detectar a los afectados…» a los demás países les recomiendan «que deben estar preparados para adoptar medidas de confinamiento…. detección temprana entre otras» y a la comunidad Iinternacional solidaridad y cooperación para en el intercambio de información para determinar la fuente del virus.

El incremento de contagiados y fallecidos en China, así como la aparición de casos en otros países llevó a Tedros Adhanom a convocar una nueva reunión del Comité de Emergencias que ante las evidencias de la expansión del covid-19 por otros países acordó la declaración de ESPII. En esta declaración en la se realizan consejos para los cuatro grupos como en la reunión anterior, llama poderosamente la atención que para todos los países se indique literalmente «habida cuenta de la información disponible actualmente, el comité no recomienda imponer ninguna restricción a los viajes y el comercio» e incluso van más allá en los consejos dirigidos a la comunidad internacional y haciendo referencia al art 43 del RSI (Reglamento Sanitario Internacional) dicen textualmente «los Estados Partes que apliquen medidas sanitarias adicionales que conlleven trabas significativas para el tráfico internacional (entrada y salida de viajeros, mercancías, o retrasarlos más de 24 horas) están obligados a enviar a la OMS las razones de salud pública y justificación de las medidas. La OMS examinará la justificación y puede pedir a los países que reconsideren las medidas.

Esta comunicación se contradice claramente con las recomendaciones dadas el día 23 de enero a China por el Comité de Emergencia respecto al control de las personas en puertos y aeropuertos internacionales.

Con estas recomendaciones el Gobierno español a través del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias interpreta que «la declaración de la ESPII por parte de la OMS no afecta a la evaluación de riesgo existente hasta ahora para nuestro país. Todas las actividades de propuestas por la OMS y por el Comité de Emergencias en este momento están en marcha en España y coordinadas con todas las comunidades autónomas». Una de dos, o las recomendaciones procedentes de la OMS eran muy básicas o la interpretación fue errónea.

Finalmente y ante la constatación de que el covid-19 era un problema mundial, el 11 de marzo, el director general declara el estado de pandemia, eso sí «insta a los países a buscar el equilibrio entre la protección de la salud y la minimización del impacto económico y social». Tardo más de mes y medio en declarar la pandemia o lo que es lo mismo 101 días después del primer caso en Wuhan el 01/12/2019.

Para terminar de confundir una última comunicación de este organismo, publicado literalmente el siete de abril en plena crisis mundial y de carencia de material sanitario ante la posible recomendación de la utilización de mascarillas habitualmente dice : la Organización Mundial de la Salud (OMS), reafirma que no hay evidencia científica de que llevar una mascarilla, ya sea médica o de otro tipo, pueda prevenir la infección por coronavirus en personas sanas.

Existen muchas dudas de si China facilitó toda la información sobre lo que ocurría en su territorio y ello llevó a la OMS a lanzar mensajes contradictorios o fue la propia OMS que se lo pensó muy mucho a la hora de comunicar la verdadera magnitud del problema jugando un papel más diplomático que técnico, lo que llevó a los países a no calibrar la verdadera magnitud de lo que estaba por venir. Lo cierto es que la colaboración internacional ha sido nula, en primera instancia con muchísimas dudas, se ha visto en la UE con la diferencia entre los países del Norte y el Sur y a nivel interno cada uno ha ido reaccionado a medida que le ha llegado el problema. Todos lo vieron tan lejos que no reaccionaron hasta que las funerarias empezaron a entrar en los hospitales incluso siendo públicos los efectos tan mortíferos que el virus estaba teniendo en los primeros países donde se manifestó.

¿Qué es lo que ha fallado para que se haya producido este desastre? Se podría decir que la falta de rigor, profesionalidad o algún tipo de interés de un elevado grupo de organizaciones internacionales, nacionales y formas de gobierno de diferentes tipos e ideologías que tras grandes discursos, declaraciones y compromisos no han sabido qué hacer ante la invasión escalonada del famoso covid-19 que para más inri va a descargar toda su letalidad en el 2020.

Vivimos en un mundo trufado de intereses y se está viendo que una decisión en un sentido u otro puede significar millones de euros o miles y miles muertos, sin olvidar que detrás de cada uno hay una persona y una familia. ¿Dónde ponemos el interés?

*Periodista