Se aproxima el día 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, y asoman debates y sensibilidades. El pasado año resultó ser un punto de inflexión importante en la lucha por los derechos de la mujer. Este año sería interesante abrir puertas a la reflexión y al análisis y ver cuánto hemos avanzado sobre lo demandado, sobre lo denunciado. Son momentos que debemos aprovechar para sacar cosas en claro y no fundirnos en inercias estereotipadas que no hacen más que distraer lo que verdaderamente es esencial: el compromiso político y económico que implique a toda la sociedad,un compromiso que ataña a hombres y mujeres por igual. Y cuando hablo de reflexión hago referencia a que, hombres y mujeres, tenemos que hacer un ejercicio de filtrado para eliminar todo aquello que se aproxima a la incongruencia, no podemos seguir apoyando concursos de belleza, carnavales canarios que ponen en el centro a la mujer cual abdomen de mariposa arrastrando más de 200 kilos, desfiles de moda en los que, en muchos de ellos, el cuerpo desnudo de la mujer de extrema delgadez, toma más protagonismo que el propio diseño. Son muchos los frentes por lo que hay que luchar para tener una sociedad igualitaria y justa, pero las luchas nunca fueron cortas, y apelo a esa juventud que veo perdida entre redes sociales exhibiendo futilidades, para que defiendan sus criterios formados en la cultura y eviten ser manipulados, apelo a esas familias que son el apoyo de los jóvenes hacia caminos de libertad y de integración. Y necesitamos también a esos hombres que se posicionan como observadores pasivos, porque su implicación es necesaria. Y aunque Neruda dijera lo contrario, no me gusta cuando callas porque estás como ausente, queremos tu compromiso.

*Pintora y profesora