Llega un momento en que la política comunicativa se transforma en un esperpento, en el que corren más por las redes las burlas que el contenido de las entrevistas, y las fotos preparadas milimétricamente para capitalizar la atención lo que consiguen es aunar el espanto sobre quién está al frente.

La política madrileña siempre es el foco de atención del resto del Estado, pero en estos dos meses de emergencia sanitaria ha eclipsado incluso a Cataluña en su protagonismo, con dos líderes elegidos en ese mismo proceso de urgencia por el también inesperado presidente nacional del Partido Popular, Pablo Casado. Son la cara y la cruz, de la gestión de la epidemia. José Luis Martínez Almeida, sobre el que al principio de su elección todo el mundo hacia chanzas, se he revelado como un gestor concienciado en la búsqueda de soluciones y de la colaboración institucional. Y del otro lado, Isabel Díaz Ayuso y su incompetencia política. Sus salidas de tono, el atrevimiento de su ignorancia o la actitud desafiante y victimista al mismo tiempo al frente de una comunidad autónoma de más de 6 millones de habitantes, primera economía regional de España y, lo más importante ahora, epicentro de la pandemia, hacen que ya nada parezca gracioso.

Su madrina política también descubrió gracias al 'Caiga quien caiga' la importancia de estos gestos para el gran público y el personaje mediático no paró de crecer. Vestida de chulapona, abrazando señoras y niños en los mercados, dando ruedas de prensa como protagonista de 'Lo imposible' con sus calcetines y sandalias se hizo omnipresente en los medios. Era una superviviente, de su propio partido, de elecciones no ganadas que la llevaron igual a la Presidencia de la Comunidad, del accidente del helicóptero o del cáncer. Solo un terremoto como la corrupción de su Gobierno hundió a la figura mediática y a la habilidosa política, que sin lugar a duda era. Su discípula ha conseguido solo emularla en lo primero y su proyección como gestora, impulsada desde la dirección nacional como adalid frente a los errores del Gobierno central, no hay campaña de propaganda que la mantenga.

Es probable que ahora tenga un respaldo electoral mayor que el que tuvo en las elecciones autonómicas de hace un año. La imagen de ciudadana del pueblo que defiende la comida y los empleos basura hace negacionismo de las consecuencias de la contaminación y de las respuestas científicas al virus le ha servido a algún otro para llegar a ser presidente de los Estados Unidos.