La realidad social que deja la pandemia es evidente. No es necesario que se le dedique mucha palabrería política o mediática. Solo hay que dar una vuelta por nuestros barrios para comprobarlo en las persianas bajadas, los carteles de se traspasa negocio o la incertidumbre en la mirada.

España pronostica una caída histórica y abrupta de su economía que afectará a la gran mayoría de los sectores. Pero especialmente al sector servicios que dota a nuestro país de ese arraigo cultural que nos vincula al consumo de la cercanía. Por eso que es más que necesario un compromiso político con lo cercano. Dejar atrás lo megalómano para centrarse en lo importante. Es lo que se percibe en el borrador de las cuentas municipales que ha presentado el gobierno de Azcón.

¿Grandes proyectos?, pregunta alguno. Claro que sí. Pero solo se percibe uno: rescatar a una ciudad ahogada en lo económico por el frenazo que nos ha obligado la pandemia a todos. Vamos, parece más que suficiente. O también se pueden nombrar algunos proyectos demandados históricamente por la ciudad como la prolongación de Tenor Fleta.

Los datos hablan por sí solos: las cuentas más expansivas en diez años junto a una bajada de impuestos y una reducción de la deuda. Hasta 72 millones de euros en inversión así como el gasto más ingente de la historia --100 millones-- en protección social. Y sin planteamientos hipotéticos que han manejado otras administraciones como la posible llegada de financiación del Gobierno central. Por el momento ni está ni se espera la chequera de Sánchez para aliviar las cuentas municipales. Y si llega algún decreto de ayudas, pues mejor para la ciudad.

La oposición ya lanza sus críticas al presupuesto, como siempre. Lo que está dentro de la lógica. Pero solo hace falta ver la poca polvareda que han levantado las asociaciones de barrios o la misma FABZ con el presupuesto. Por algo será, ¿no?