El culebrón de la compraventa del Real Zaragoza escala día a día nuevas cotas de desentendimientos que abocan al club a un futuro más que incierto. La reunión de los actuales propietarios con el empresario pakistaní que opta a quedarse con las accciones terminó ayer con versiones contrapuestas de unos y otros. Y la Agencia Tributaria ha dado su ultimátum de exigencia de pago en tiempo y forma; son ya demasiados aplazamientos incumplidos. ¿Qué queda? Dicen que una nueva vía de importantes empresarios aragoneses... dicen.