Vivimos en una sociedad en la que estamos en permanente búsqueda del culpable, y el momento histórico y pandémico que vivimos no iba a ser menos.

Desde marzo han ido surfeándose las olas con un empeño extraordinario en buscar causantes de nuestros males. Primero el origen de los contagios fue de quiénes autorizaron las manifestaciones del 8M. A continuación, ya encerrados en casa, señalamos a aquellos que salían a la calle fuera de las horas permitidas. También han pasado por nuestro rasero los trabajadores de los centros residenciales de nuestros mayores por introducirles el «bicho». Y qué decir de los más pobres, de los grupos sociales con bajas rentas que viven en los barrios donde las tasas son más altas y trabajan en condiciones de precariedad.

Y así un inmenso abanico de culpables hasta el momento actual en el que les ha tocado a los jóvenes, porque claro, se juntan con otros jóvenes, y se toman unas copas y desatan un infinito hilo de contagios. Aunque yo observo a mi alrededor y, o ha cambiado la edad de ser joven, o no es una práctica exclusiva de los mismos.

¿Hemos solucionado algo con esa actitud? ¿Quiénes serán los siguientes? ¿Seguimos buscando culpables o hacemos algo para agarrar a este maldito toro por los cuernos?

Desde mi rincón lo tengo bastante claro, se acabaron los culpables, lo que hace falta son responsables, y todos y cada uno de nosotros tenemos que serlo. ¿De qué? De cumplir con las normas básicas que nos están explicando por activa y por pasiva que son eficaces, de protegernos y proteger a nuestro entorno.

Desde luego que hay que ir poniendo sanciones a quienes atentan contra la salud de todos, pero gobernantes del mundo entero, hagan el favor de actuar de manera responsable y en vez de estar señalando permanentemente a los supuestos culpables, sigan ejemplos como el que ha emprendido el Instituto Aragonés de la Juventud para intentar que los jóvenes sean 100% #Influencer para frenar la transmisión del virus y 0% #Contagiers en la misma, con mensajes como: «Frenar el contagio depende de ti. La sociedad confía en nosotros para superar esta crisis. No te compliques, tú tampoco estás libre de contagio, 100% responsables. Protege a tu familia y a los que más quieres. La distancia física no es distancia social...»”

Hagamos como se ha hecho en esta campaña un ejercicio educativo que llame a la responsabilidad y dejemos de buscar culpables que no nos llevan a ningún sitio más que a la crispación, el enfrentamiento y, tal vez, a la desobediencia. H