La valoración del presente curso escolar ha quedado contextualizada por la pandemia causada por e covid-19. En este sentido, al Departamento de Educación le costó bastante tiempo centrarse en la cambiante realidad y se han echado en falta directrices claras y bien diferenciadas. Se publicaron informaciones contradictorias, respecto a la continuidad online de las clases, la evaluación, la apertura o cierre de las aulas, etc., que generaron desconcierto entre el profesorado. A pesar de ello, los y las profesionales de la enseñanza han sabido reaccionar, con mucho esfuerzo y dedicación para adaptarse a la nueva realidad, utilizando para ello sus propios medios informáticos, sin dejar de lado al alumnado que sufre la brecha digital.

Desde el inicio de la legislatura no coincidimos con el departamento en cuales deben ser las prioridades de la educación aragonesa: un bilingüismo con pretensión elitizante que consumirá el 35% de los recursos, frente a una educación en equidad, la expansión de centros Integrados de Formación Básica a demanda, frente a la calidad en la Secundaria Obligatoria o la ampliación de la escolarización anticipada de 2 años hurtando cualquier debate sobre política educativa.

La Educación en nuestra comunidad autónoma todavía no se ha recuperado de los recortes de la anterior crisis, arrastrando los problemas derivados de la falta de inversión. Durante estos años se han incrementado los programas y proyectos de innovación, la mayoría de ellos a coste cero para la administración y sumando horas de trabajo para el profesorado. Ahora más que nunca necesitamos una apuesta clara por la mejora de la calidad de enseñanza y para ello es necesario que el profesorado disponga de tiempo para poder formarse, coordinarse y adaptar su metodología a las nuevas necesidades.

En cuanto a la negociación colectiva, al inicio de curso, el departamento hizo una propuesta altamente insuficiente, centrada en desarrollar pequeñas propuestas con alto valor mediático y sin incluir las propuestas que las organizaciones sindicales pusimos encima de la mesa como la recuperación de las condiciones laborales perdidas por los recortes, la reducción de ratios o la negociación de las plantillas con unos criterios conocidos y compartidos entre la Administración y las organizaciones sindicales.

Nos gustaría destacar que durante el curso se ha hablado mucho de la Formación Profesional, pero no se ha avanzado en medidas ampliamente demandadas en este sector como la equiparación salarial para el profesorado técnico o el aumento de desdobles. La introducción de la beca de formación en la relación entre estudiantes y la empresa en la FP Dual supone un retroceso en las relaciones laborales en nuestra comunidad autónoma. Para CCOO solo este hecho ya supondría un suspenso a la acción del Departamento este curso.

Por último, el plan de contingencia presentado por Felipe Faci en rueda de prensa es cualquier cosa menos un plan. La propuesta es que cada familia no sepa si al día siguiente sus hijas e hijos van a poder ir al centro escolar, debido a la aparición de un determinado número de contagios. Ningún refuerzo de las plantillas. Ninguna bajada de ratios, como vinieron anunciando el mes de abril o mayo, ningún programa de compensación para el alumnado que ha visto cómo aumentaba la brecha escolar estos meses de confinamiento. Vuelve a dejar toda la responsabilidad en los equipos directivos, sin más medios y con unas propuestas organizativas imposibles de cumplir.

*Secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO Aragón