Aragón abrió ayer el telón escolar. Casi 100.000 aragoneses de Infantil y Primaria iniciaron un curso que viene marcado por el repunte de la natalidad y el aumento del número de inmigrantes, el debate político de la reforma de la LOCE, y en concreto la asignatura de Religión, y la aplicación del nuevo y polémico calendario escolar que adelanta las vacaciones de Semana Santa. Tras la satisfacción que produce el hecho de que la consejería de Eva Almunia haya podido comenzar este año el curso sin polémicas ni incidentes, habría que reflexionar sobre los problemas que pueden surgir en Zaragoza capital por la falta de plazas escolares. El aumento de la población demanda la construcción de nuevos colegios, algo que hay que afrontar ya mismo. No haremos nada si, después de demandar un aumento de población, cuidamos poco la calidad de la enseñanza, algo básico para el futuro del territorio. Pero, casi al mismo tiempo, hay que hilar fino el debate de la LOCE para no fallar más. No se puede estar cada poco tiempo reformando las leyes educativas porque el sistema hace aguas. Es tiempo de sentar unas bases de largo recorrido y Aragón y Eva Almunia --responsable de Educación de la Ejecutiva Federal del PSOE-- tienen mucho que decir.