No son mis palabras, son las de la periodista y poeta Carmen Ruiz Fleta, “… y sepas dar un golpe de verso cuando la vida se ponga bruta”. Un golpe de verso que te da de lleno cuando lees su poemario 'Vida Doméstica'. Desde el sábado pasado, ese verso no sale de mi cabeza. Porque golpes de verso son los que estoy dando de rabia, desde que el fin de semana nos dejó noqueados la noticia de la muerte de Joaquín Carbonell. El covid se puso bruto y Joaquín no pudo superarlo.

Estaba convencida de que todo iba a acabar en una de sus canciones al estilo Brassens para recordar la penosa aventura con un toque de humor cuando estuviera recuperado. Pero no, cuando la vida se pone bruta toca devolver el golpe, y Carbonell nos dejó un montón de versos en la recámara para dar un guantazo a la peor noticia suya que hubiéramos querido leer. Nos deja munición de sobra con sus canciones reivindicativas, comprometidas y vitalistas o simplemente divertidas (15 discos), con sus entrevistas únicas (hizo más de 7.000), con sus libros, poemas y documentales, con su alegría y su energía en cada encuentro, con cada proyecto nuevo, que siempre estaba en uno y maquinando otro.

Estos días le han dedicado artículos maravillosos dentro y fuera de Aragón, que repasan lo grande que fue como artista y como persona (recomiendo no dejar de leer el de Roberto Miranda). Yo solo quiero sumarme, con estas líneas, a las infinitas muestras de cariño que tantas personas necesitamos hacer llegar de alguna manera a su familia y amigos. A Carbonell le admiro y quiero desde que lo conocí siendo una becaria de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. “El Carbo”, como se presentaba cuando llamaba por teléfono, es inolvidable.

“No os dejo para siempre”, decía en el audio de whataspp que despedía la serie de canciones que estuvo mandando para animar el confinamiento a más de doscientos amigos. Tenía un montón de ideas y ocurrencias por hacer, como decía también. La canción con la que despidió ese audio fue la ranchera 'Ojalá que te vaya bonito'. Me quedo con ese deseo y con su optimismo y su entusiasmo contagioso, y por eso pienso que aunque la vida se pone bruta, hay que saber dar golpes de verso, y Joaquín fue un maestro en eso. En el último tema que compartió en su web y redes, 'Benditos y benditas', hay golpes de verso llenos de cariño y esperanza para todos y todas. Gracias por tanto, Carbo.