Según los datos del INEM, Aragón es la comunidad autónoma con la tasa de paro más baja de España, casi tres puntos por debajo de la que se da a nivel nacional. El dato es muy esperanzador, no sólo porque evidencia la buena salud de la economía regional, sino porque pone de manifiesto que nuestro territorio está tocando suelo en el proceso de despoblación que sufrió durante decenios. Ese desplome demográfico ha causado los buenos datos en relación con el desempleo, y tal consecuencia es a su vez el indicador de que la tendencia se ha de invertir y el fenómeno de la emigración dar paso al de la inmigración.

Aragón está en camino de recuperar población y energías, pero queda mucho camino por recorrer. La creación de empleo sigue siendo bastante desequilibrada en su distribución por sexos (hay muchas más paradas que parados) y por grupos de edad.

El futuro pasa por fomentar vectores de desarrollo que promuevan el empleo de calidad, la investigación y las nuevas tecnologías. Esta será la mejor forma de dejar de ser exportadores de titulados universitarios y de mantener un crecimiento sostenido y una estructura económica diversificada a salvo de sobresaltos y deslocalizaciones .