Después de dos meses en los que los datos del paro han ofrecido los peores registros en décadas, las cifras conocidas ayer del mes de mayo abren una mínima puerta al optimismo. Tras un mes de marzo y abril desastroso como consecuencia del confinamiento, en Aragón hubo 685 parados menos (apenas una mejoría del 1%) y hubo casi 10.000 cotizaciones más que en el mes anterior. No es para lanzar las campanas al vuelo, porque se viene de dos meses con unos datos pésimos y las perspectivas no son nada halagüeñas, además sigue habiendo cien mil aragoneses en ERTE, que no se contabilizan en las cifras del paro, pero sí da un respiro y permite afrontar los próximos meses con un mínimo optimismo. De hecho, poco a poco se irá recuperando la actividad económica y las medidas implantadas por el Gobierno con la renta básica y con la protección a los trabajadores afectados por un ERTE permiten mitigar en parte los efectos de una crisis que también tiene una cara atroz, especialmente en aquellas familias con mínimos recursos.

El duro confinamiento supuso un parón drástico de la economía en dos meses, pero entre todos, si los datos epidemiológicos son positivos, los dos meses de parón no deberían servir para que la economía se ralentice más, y poco a poco ir recuperando la actividad. Eso sí, el número de parados sigue en cifras muy elevadas en Aragón, rozando los 80.000, y no hay nada peor que la incertidumbre de lo que sucederá en los próximos meses. En este sentido, es muy importante que los ERTE se vayan revirtiendo poco a poco, y que las empresas que los hayan tenido que aplicar puedan ir levantándolos e ir incorporando paulatinamente a sus empleados. Para ello, debe recuperarse más la economía, y sobre todo que esos expedientes temporales no se conviertan en los próximos meses en ERE, como vaticinan algunos estudios. De momento, lo importante es que la tendencia de mayo mejore aún más el mes próximo.