El último Debate sobre el estado de la comunidad de la legislatura apenas ha servido para constatar la distancia que separa a los partidos que sustentan el Gobierno de los de la oposición respecto de la realidad de la comunidad. Como era de esperar, la presidenta Luisa Fernanda Rudi ha dado por concluida la crisis, siguiendo la doctrina de su partido en Madrid, y ha eludido los desequilibrios económicos de la administración autonómica, mientras que la izquierda la ha apabullado con datos que demuestran que Aragón está peor que cuando el PP accedió al Gobierno. Ni siquiera las medidas de regeneración política planteadas por la presidenta en su primera sesión han servido para alejar el debate de los cauces previsibles, en un ambiente de precampaña electoral que se recrudecerá en septiembre con la vuelta al tajo.