El proceso democrático que está llevando a cabo el PSOE para elegir al sucesor de Alfredo Pérez Rubalcaba en la secretaría general ha vivido, siete días antes del voto de los militantes, un debate entre los tres candidatos. Las diferencias entre los dos principales aspirantes, Pedro Sánchez y Eduardo Madina, fueron escasas, aunque el tercero en discordia, José Antonio Pérez Tapias, sí que se desmarcó por la izquierda en temas como la propuesta de convocar algún día un referendo sobre Monarquía o República o en la defensa de un referendo soberanista en Cataluña de carácter consultivo. Sánchez y Madina tan solo discreparon en matices. Madina reivindicó sus años de trabajo en el PSOE frente a la insistencia de Sánchez en que nunca ha formado parte de la ejecutiva. Casi la única novedad fue el compromiso de que gane quien gane habrá primarias abiertas en noviembre. Pero las dudas que algunos sectores del propio PSOE han expresado sobre la solidez de los dos aspirantes no quedaron despejadas. El índice de participación de los militantes será un indicador significativo.