El tsunami que asoló las costas del Índico el 26 de diciembre del 2004 causando más de 220.000 muertos fue una de las peores catástrofes de los tiempos modernos. El esfuerzo internacional para la reconstrucción ha correspondido a la magnitud de la tragedia y lo ha hecho con rapidez y eficacia tal como puede constatarse al cumplirse el 10° aniversario del devastador maremoto. Se han levantado casas y edificios, carreteras y puentes, muchos de ellos en lugares como la provincia indonesia de Aceh, la más castigada por el tsunami, que carecía de infraestructuras. Y el turismo también ha vuelto a la zona. Lo importante ahora es gestionar bien el desarrollo que la reconstrucción ha traído e intentar evitar una repetición de un suceso de aquellas características. Tras lo ocurrido, es fundamental que los sistemas de alerta funcionen y que la información llegue a todos los rincones, no solo a los puntos turísticos que en muchos casos son la única fuente de ingresos. Muchas imágenes que no deberían repetirse. Las de la desolación, en primer lugar. Y también la de unos turistas en bañador, cerveza en mano, insensibles a la devastación que les rodeaba.